Las tabletas recubiertas están diseñadas con una capa protectora que facilita su deglución y protege el principio activo de la degradación por los jugos gástricos. Este recubrimiento puede también enmascarar sabores desagradables y controlar la liberación del medicamento en el organismo. Son comunes en tratamientos que requieren absorción en el intestino o liberación prolongada del fármaco. Es esencial no partir ni masticar estas tabletas, a menos que lo indique el profesional de salud, para mantener su eficacia. Las tabletas recubiertas ofrecen una opción cómoda y efectiva para diversos tratamientos médicos.